jueves, 1 de septiembre de 2016

Paracas - Costa Peruana

Si está en Cuzco y querés viajar a Lima podés quedarte unos días en Paracas en un viaje largo, con montañas, precipicios, curvas y contracurvas que harán de tu recorrido una aventura increíble y con el corazón palpitando fuerte.












Paracas está ubicada en la región de Ica, en la provincia de Pisco, tiene una bahía compuesta por hermosas playas, un clima privilegiado y una atractiva arquitectura.
Se creó por tener un ecosistema único que permite una gran biodiversidad la Reserva Nacional de Paracas, con el fin de proteger las especies de aves y animales marinos que habitan en este lugar del océano pacífico.











Es la única área protegida del Perú que comprende un ecosistema marino y es refugio para lobos marinos, pinguinos de Humboldt, flamencos y otras aves.

Las islas Ballestas son tres islas ubicadas a 18 km del distrito de Paracas que podrás acceder navegando con una duración de dos horas y verás miles de aves volando entre las islas.






Su clima promedio anual es de 22 grados y es muy soleado. A veces se desata un viento muy fuerte con arena llamado paracas.








Para los argentinos es un lugar muy emotivo, el 7 de Septiembre de 1820 el General Don José de San Martin desembarcó con tropas y 6 navíos del Ejército Libertador como parte de la Expedición Libertadora del Perú, luego de su paso por Chile y liberando a Perú del dominio español.













Al norte de la península de Paracas podés observar camino a las islas Ballestas un enorme candelabro que parece un cactus labrado sobre una empinada colina de arena. Su trazo recuerda al de las líneas de Nazca, aunque es más reciente y data del tiempo de la colonia.













Y entre las aves de este lugar : el pelícano amigable, pero también los albatros forman parte de una galería de pájaros alados.










Los albatros de Ch. Baudelaire

Suelen, por divertirse, los mozos marineros
cazar albatros, grandes pájaros de los mares
que siguen lentamente, indolentes viajeros,
el barco, que navega sobre abismos y azares.
Apenas los arrojan allí sobre cubierta,
príncipes del azul, torpes y avergonzados
el ala grande y blanca aflojan como muerta
y la dejan, cuál remos, caer a sus costados.

¡ Qué débil y qué inútil ahora el viajero alado!.
El, antes tan hermoso, que grotesco en el suelo!
Con su pipa uno de ellos el pico le ha quemado,
otro imita, renqueando, del inválido el vuelo.
El poeta es igual...Allá arriba, en la altura.
¡ Qué importan flechas, rayos, tempestad desatada!
desterrado en el mundo concluyó la aventura.
¡Sus alas de gigante no le sirven de nada!


Gentileza : Vero Padín

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