Su nombre es en honor a el maitén que es un árbol de follaje persistente que alcanza entre 10 y 15 metros de altura. Por sus propiedades medicinales fue considerado sagrado por el pueblo mapuche.
Se puede llegar a este lugar por la Ruta Provincial 70 que se desprende de la Ruta Nacional 40 a la altura de Epuyén.
Durante muchos años el ferrocarril fue el principal factor de la economía de la localidad. Hoy en día es el refugio del Viejo Expreso Patagónico. Sus campos son aptos para la ganadería ovina y vacuna.
Llamado así por lugareños y turistas, el Viejo Expreso Patagónico se desplaza sobre una trocha angosta de sólo 75 cm. de ancho.
Es una experiencia fascinante, además del recorrido turístico que hace el tren es muy interesante visitar el Museo Ferroviario y los Talleres de Reparación donde se hace el mantenimiento de las locomotoras y vagones.
Personas con mucha experiencia se dedican a este trabajo y se hallan abocados a la tarea de enseñar el oficio a jovenes para que no se pierda la tradición y se siga disfrutando este Trencito increíble.
Podés visitar en este lugar el Cañadón de los ensueños que es un arroyo de aguas cristalinas y un bosque nativo de cipreses, cohiues y lengas entre otras especies. Cuenta con un camping organizado y un balneario sobre el río.
Si tenés la oportunidad no dejas de conocer este lugar pintoresco y apacible de la Patagonia. Es un refugio de la naturaleza suspendido en el tiempo.
En este lugar apartado del mundo el hombre convive con la naturaleza sin alterar el ecosistema, manteniendo esa mística de los primeros pobladores tal como a principios de siglo.
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