lunes, 21 de noviembre de 2016

BUENOS AIRES MISTERIOSA - Impresiones de una ciudad

Como dicen los poetas, Buenos Aires es hija de la aristocracia y de un taita de arrabal..
Mezcla del percal y de la seda
y de gente que se riegaComo dicen los poetas, Buenos Aires es hija de la aristocracia y de un taita de arrabal..
Mezcla del percal y de la seda
y de gente que se riega
con moscato y con champán.
con moscato y con champán.













Y Jorge Luis Borges nos decía de la bella Buenos Aires:

Antes, yo te buscaba en tus confines
que linda con la tarde y la llanura
y en la verja que guarda una frescura
antigua de cedrones y  jazmines.....

En la memoria de Palermo estabas,
en su mitología de un pasado
de baraja y puñal y en el dorado
bronce de las inútiles aldabas,

con su mano y sortija. Te sentía
en los patios del Sur y en la creciente
sombra que desdibujaba lentamente
su larga recta, al declinar el día.

Ahora estás en mí. Eres mi vaga 
suerte, esas cosas que la muerte apaga.

Y las luces de Buenos Aires divisadas desde el avión que me trajo de otros lados despertó en mí la emoción de un reencuentro esperado.

Durante 45 días ni uno más ni uno menos, la recorrí, la disfruté, caminé sus calles, el barrio de mi padre y de mis abuelos, recité en voz baja el tango Sur que era la perfecta descripción de su querido San Juan y Boedo

San Juan y Boedo antiguo y todo cielo,
Pompeya y más allá la inundación,
tu melena de novia en el recuerdo
y tu nombre flotando en el adiós.
La esquina del herrero, barro y pampa, 
tu casa, tu vereda y el zanjón
y un perfume de yuyos y de alfalfa
que me llena de nuevo el corazón....

















Y encontré en su geografía, su gente, su movimiento incesante, su ruido y  su aroma, una ciudad con personalidad propia.

Al típico porteño del café de todos los días, a las señoras paquetas de Recoleta y Barrio Norte con sus finos perritos, a los marginados durmiendo en las calles tapados con frazadas y cartones oficiando de colchones, a los músicos callejeros cantando y tocando sus instrumentos en el subterráneo ante el asombro de cientos de pasajeros que disfrutan un arte sin pretensiones pero con mucho talento.

Y una oleada de voces de países de todo el mundo que transitan incansablemente sus calles y admiran una ciudad con eventos diferentes todos los días, en centros culturales, teatros, museos, actividades al aire libre...






















Los chinos en los supermercados y los bolivianos en las verdulerías, la comida peruana, brasilera y los tacos mexicanos y no me quiero olvidar de los inconfundibles senegaleses y la venta de anteojos, relojes y coloridos bolsos. 

Yoga, gimnasia, música... en plazas saludables, con gente con ganas de conectarse y tener una vida sana. Y... una ciudad  que es para todos porque todavía la educación es pública. 

Buenos Aires, un tesoro cultural. Un mundo de palabras mezcladas y un desafío de integración y de inclusión.


















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